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Expresión, Implicación, MareaNaranja, Responsabilidad, Sensibilización
Pon el termómetro
Todo es lenguaje, todo nos habla. Los fenómenos naturales, los fenómenos políticos, los fenómenos sociales. Los científicos, basándose en la observación de los hechos, extraen de ellos leyes. Los poetas, los filósofos y los sabios observan las correspondencias y las analogías entre fenómenos diferentes y las formulan en lenguaje simbólico dándoles forma de parábolas y metáforas ricas en enseñanzas. A mi hija, activista de la “marea naranja” le encantan las metáforas. Cuando le pregunto cosas que no entiendo, en seguida me suelta una. La última me dejó muy pensativa, tanto que tuve que contársela a mis amigas el miércoles pasado. Cuando comencé con el título, abandonaron las cartas inmediatamente y sólo existía para ellas el café humeante y mi voz.
“La rana que no sabía que estaba cocida”
«Imaginad una cazuela llena de agua, en cuyo interior nada tranquilamente una rana. Se está calentando la cazuela a fuego lento. Al cabo de un rato el agua está tibia. A la rana, esto le parece bastante agradable, y sigue nadando. La temperatura empieza a subir. Ahora el agua está caliente. Un poco más de los que suele gustarle a la rana. Pero ella no ser inquieta, y además el calor siempre le produce algo de fatiga y somnolencia. Hora el agua está caliente de verdad. A la rana empieza a parecerle desagradable. Lo malo es que se encuentra sin fuerzas, así que se limita a aguantar, a tratar de adaptarse y no hace nada más. Así, la temperatura del agua sigue subiendo poco a poco, nunca de una manera acelerada, has ta el momento en que la rana acabe hervida y muera sin haber realizado el menor esfuerzo por salir de la cazuela. Si la hubiéramos sumergido de golpe en una cazuela con el agua a 50º, de una sola zancada ella se habría puesto a salvo, saltando fuera del recipiente”
Mis amigas tardaron un buen rato en reaccionar. Habían interpretado muy bien la metáfora. Cuando comenzaron a hablar, lo hicieron todas juntas, como si les hubiesen apretado un botón, y casi al unísono lo dijeron: Conocemos a muchas ranas…que no saben que están cocidas. Yo estoy muy satisfecha de mis amigas, ellas han saltado de la cazuela hace unos meses, cuando se sumaron a la “marea naranja”. Entonces aproveché para utilizar el principio general de la alegoría – de como un cambio gradual pasa inadvertido – para decirles que también funciona en sentido positivo. Pequeños cambios, dentro de nosotras y a nuestro alrededor, a pequeña o gran escala, pueden ser positivos, aunque sus efectos no sean visibles a corto plazo. .- María, ¿quieres decir que lo más importante de la alegoría de la rana que se cuece es la no conciencia del cambio – sea éste negativo o positivo – porque la inconsciencia resulta perjudicial para nosotras en cualquier caso? ¿Qué os decía? Mis amigas me dan muchas satisfacciones. Hoy, en el diario anoté una palabra, repetida varias veces, para recordar la reunión de hoy: conciencia, conciencia y más conciencia.
¿De qué nos serviría la memoria, ni un patrón justo ni un ideal, si no nos damos cuenta de nada?
María
Leticia dijo:
Me resulta tremendamente agradable leerte. Ojála nos resultara tan fácil despertar, como parece es para ti expresar algo que nosotros deberíamos tener interiorizado. Se me vienen a la cabeza las palabras de tantos compañer@s que afirman: «esto no va conmigo» o «es mejor estarae calladitos, pasar desapercibidos»… Nos acercamos peligrosamente a nuestro punto exacto de cocción.
Luna Granada dijo:
Querida María,
Hace falta muchas reuniónes de amig@s y compañer@s para despertar las conciencias dormidas, aletargadas, cocidas como la rana, o bien congeladas por el frio que baja de nuestra sierra tan nevada como está. Como quiera que sea, el peligro nos acecha y nosotr@s tan tranquil@s cociendonos viv@s en la cazuela.
Amiga, sigue escribiendo a ver si consigues que a modo de relato o con las metáforas que tanto le gustan a tu hija, compañera nuestra de la marea naranja, despiertes el ánimo de tanta gente que permanece en silencio mientras el país se cae abajo a pedazos.
Un gusto leerte!!
Mª Carmen López González dijo:
Una metáfora muy certera para describir lo que está pasando en nuestro país y a nuestro alrededor. Que bien escribes María!, además con tu nivel de conciencia seguro que tú, no te cueces.
Merche dijo:
Que buen despertar, da gusto este blog, anoche reflexionando sobre los servicios sociales y me despierto valorando si el agua que me baño está subidita de temperatura… Excelente, me encanta, me gusta, maravilloso, …. Gracias
Mari Jada dijo:
Qué gran metáfora!! Pues sí, o estamos con los músculos atrofiados o ya estamos cocidos… Se agradece aire fresco para mantener la motivación! 😉
Blanca Girela dijo:
Sencillamente genial y escalofriante. Te «robo» el post para mis alumnos de esta tarde… Vamos a trabajar la conciencia!!!!
Guadalupe dijo:
La rana me ha puesto los pelos de punta esta mañana !!!!!!!! Que triste es morir por tener la conciencia cuanto menos un poco atrofiada !!!!!! Es un placer leer post como el tuyo que de una forma elegante y divertida, sin duda despiertan la conciencia. María no dejes de escribir !!!!!
Mª Carmen Fernández Cano dijo:
Gracias por tus reflexiones tan auténticas. Dicen mucho de tí
Cris dijo:
Es todo un placer leerte. Quizas consigas despertar conciencias dormidas o «en proceso de cocción» antes de que lleguen a estar muertas, tal y como lo has conseguido con tus amigas. Un saludo y sigue escribiendo que es realmente agradable
Paco Ribés dijo:
Hay un dicho que es: «Estás cocido o cocida» para definir a quien está colocado (no en un puesto de trabajo, o igual sí) sino en una actitud a medio camino entre la imbecilidad y el sueño. Hay mucha gente así, ¿no te parece?
Había otra rana que vivía en un pozo y era feliz en su ignorancia y pequeñez por la gran cantidad de agua que veía desde la piedra sobre la que descansaba. Hasta que habló con la tortuga que casi no cabía en el pozo y le hablaba de la inmensidad del mar donde ella se movía. Supongo que eso haría pensar a nuestra rana, pero a lo mejor estaba cocida y ni se enteró.
También me ha gustado tu escrito.
carla von lanstein dijo:
Maria me ha parecido preciosa tu metafora y un gran ejemplo para hacer que cunda e intentar dejar de ser ranas y el proximo sabado llenar las calles entre todos de cazuelas.muchas gracias
Julia dijo:
Que lástima cuando ser invisible a la hora de hacer o decir lo que piensas y crees es tu manera de estar en el mundo!! Pero seamos positivos, cada vez menos, cada vez menos.
María, da gusto leerte.