Como un pino

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Horario de verano. Hemos retrasado la hora de la partida. No queremos que se nos derrita la sesera.

El aroma del café antes de llegar al vaso con hielo es la señal de comienzo del rato de risas y jolgorio. Cuando ya es preciso encender lámparas comienza a llegar más gente. Tienen que acomodarse en el suelo. Se ha corrido la voz, tenemos problema con el aforo.

Hoy viene invitada una amiga de “Toro sentado”, militante feminista desde hace mucho tiempo.

Comienza:

”Este es un mundo donde las palabras y los actos, lo que se dice y lo que se hace, se desencuentran siempre. Cuando las palabras y los actos se encuentran en la calle no se saludan, porque no se reconocen. Casi siempre las palabras van por un lado y los actos por otro”

Isabel, mi vecina del 2ºA la miraba con expectación, parecía a punto de llorar.

Las nuevas, impacientes, intervinieron:

 – Tienes razón, estamos en un punto que ya es muy difícil creer.

–  Es muy frustrante. Mientes los del norte, los del sur, los del este y los del oeste.

 “Toro sentado” se percató de que era bueno que el encuentro fuese terapéutico, pero no le pareció suficiente. Sofía estaba en contacto con gente que va más allá de la queja, de la indignación. Sabe que hay muchas personas que necesitan la esperanza, que necesitan creer que su compromiso social podrá cambiar el estado de las cosas, que necesitan ver que no están solas.

E hizo una pregunta para dinamizar la conversación:

– ¿No hay alternativa a este capitalismo salvaje, atroz, totalitario?

”Comparto las palabras de Eduardo Galeano, que dice que hay muchas alternativas abiertas. Pero no hay que confundir la grandeza con lo grandote. A veces la grandeza está escondida en las cosas chiquitas, en esos movimientos que por todo el mundo están brotando, de gentes que quieren cambiar el mundo, que no quieren aceptarlo como fatalidad del destino.

Se están haciendo cosas nuevas en todas partes, pero en una escala chiquita que tiene que ver mucho con la ecología, con el derecho de géneros, con la libertad, el feminismo, la libertad sexual, las mil y una maneras de expresión que tiene la diversidad de la vida, y que se proyectan en movimientos sociales potentes, que se han manifestado a lo largo de los últimos años en España, en México, en Chile, en Argentina, Brasil…

Lo más importante es empezar por la negación de ese valor esencial, que es el nº 1 en la tabla de valores del sistema capitalista dominante: la idea de que lo que es rentable es bueno y de que lo que no es rentable no merece existir.

Se exige a todos estos movimientos nuevos que están surgiendo, que brotan por todas partes, un resultado inmediato, porque hay que ser rentables, demostrar que eso funciona, por los beneficios que otorga y recibe”

Pareció por un instante que las dudas saltaban de una mirada a otra.

–  Osea, que nos dices que la lucha será larga…

 ”Pessoa decía que el amor es infinito mientras dura. Y esa pasión humana de cambio de un mundo que está hecho al revés, es infinita mientras dura, y ojalá siga durando. Pero se manifiesta de distintas maneras y hay que respetar a la realidad para poder cambiarla”

Me pareció que estábamos ya un poco más confusas, habíamos dado el salto desde nuestra plaza concreta a un ámbito global, más amplio, en el que no se perciben los límites. Y así se lo hice saber a nuestra invitada, que consciente de ello nos hizo varias preguntas que fuimos contestando.

  • ¿Cómo pensáis que debería desarrollarse la vida de un pino?.
  • Pues…siendo pino.
  •  ¿Debe el pino preocuparse de ser algo que no sea ser un pino?
  • No.
  • ¿Cómo alcanzará su plenitud un pino?
  • Siendo un pino.
  • Pues si un pino es pleno siendo pino, así deberá ocurrirnos a nosotras. ¿Qué mayor plenitud que ser rebeldes, si somos rebeldes?
  • Es difícil describir la energía de amor que la rebeldía contiene. La rebeldía es un acto que proviene del amor a los demás, y del amor a las cosas que valen la pena ser vividas, y hasta morir por ellas. Es difícil definir la rebeldía porque es como el amor, algo indefinible y hasta invisible. Pero existe. Claro que existe, y de mil maneras.

Este anochecer caluroso nos ha dejado un pino plantado en el alma.

María